LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
(Lucas 3, 15-16, 21-22)
En aquel tiempo el pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías: él tomó la palabra y dijo a todos:
- Yo os bautizo con agua, pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
En un bautismo general Jesús también se bautizó. Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre Él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:
-Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto
Palabra del Señor
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.
Mirad a mi siervo, pero prestad atención, porque corréis el riesgo de no daros cuenta de su presencia. Es un siervo discreto que no grita, ni clama, ni vocea por las calles. Es un siervo que pasa desapercibido ¿Te acuerdas de Él hace una semana? "Un niño acostado en el pesebre". Es un siervo pacífico incapaz de quebrar la caña cascada, incapaz de apagar el pábilo vacilante, incapaz de maltratar al pobre y al desvalido. Señor, enséñame a mirarte, enséñame a reconocerte en tantas y tantas personas que cada día me hablan de Ti. Estoy deseando Señor, ser bautizado con Espíritu Santo y Fuego. Espíritu Santo que me ayude cada día a acercarme más a Ti, y fuego que queme esta vida llena de vacíos y dudas; que disipe la oscuridad que se cierne sobre mí y me prepare para acogerte a Ti, el Hijo, el Amado, el Predilecto....