27 noviembre, 2011

Adviento: Tiempo de Espera y sobre todo de Esperanza.

 "El Tiempo de Adviento viene cada año para que nuestra vida reencuentre su justa orientación hacia el rostro de Dios. El rostro no de un “amo”, sino de un Padre y de un Amigo. Con la Virgen María, que nos guía en el camino del Adviento, hagamos nuestras las palabras del profeta. "Señor, tu eres nuestro padre; nosotros somos de arcilla y tu el que nos plasma, todos nosotros somos obra de tus manos” (Is 64,7)."
Benedicto XVI - Angelus del 27 de Noviembre de 2011 - 1º Domingo de Adviento

Me gusta el tiempo de adviento, casi que lo prefiero al de Cuaresma, me gusta su sabor a esperanza. Me duele que las grandes superficies lo hayan disuelto en medio de su campaña de Navidad que cada año comienzan antes. Una vez que pasa la festividad de la Virgen del Pilar, que las grandes superficies usan como colofón de la operación Vuelta al Cole, comienza la navidad en todos los grandes almacenes. Los medios de comunicación, y especialmente la televisión, nos invitan machaconamente al consumismo
Me encanta su carácter eminentemente mariano. En el centro del Adviento, como faro luminoso, aparece María Inmaculada y el último sábado antes de navidad la iglesia celebra a la Virgen de la Esperanza, Ella es, sin duda alguna, la mejor guía para recorrer este tiempo. Sin Ella, sin su SÍ, generoso y desprendido, no tendríamos navidad, no tendríamos adviento, no tendríamos salvación.
Me encanta su carácter de tiempo fuerte, tiempo apto para la reflexión, para la conversión a la que nos llamará Juan el Bautista. Tiempo apto de forma especial, pues todo tiempo es apto, para desear al Señor, la primera lectura de la misa de hoy, tomada del profeta Isaías dice: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. (Isaías 63, 19)

Sí, Señor, Ojalá bajases a mi vida derritiendo todos sus montes y allanando todos sus valles. Tantos fracasos y tantas decepciones, tantos fallos y tan poquitos aciertos. Ojalá Señor, cuando bajes a mí, me encuentres despierto, en vela, cansado de buscarte y no encontrarte, cansado de mirar y no verte, cansado de sentirme lejos de Ti y cansado de este miedo que me aleja de Ti. Ojalá Señor, cuando bajes a mí seas capaz de liberar todo el amor que no te he dado, todas las veces que me guardé y no te dije lo mucho que te quería, todas las veces que caí desesperado sin saber que Tú, que caminas siempre a mi lado, estabas ahí para ayudarme a levantarme. Ojalá Señor, cuando bajes a mí me encuentres preparado y bien dispuesto para acogerte. Ojalá Señor, ojalá.

23 noviembre, 2011

Mi cuerpo es comida

Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.

Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida,

EI vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.

Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.
Pedro Casaldáliga

17 noviembre, 2011

Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero


Stmo. Cristo del Perdón
En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
 cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta. Amén.

Gabriela Mistral 





Pues eso, que se me han olvidado todas mis quejas y mis lamentos. Enseñame Señor que necesito del silencio para poder oir tu voz.

13 noviembre, 2011

Gracias

Todo mi ser canta hoy

Por las cosas que hay en mí.
Gracias te doy mi Señor,
Tú me haces tan feliz.
Tú me has regalado tu amistad,
Confío en Ti, me llenas de tu paz.
Tú me haces sentir tu gran bondad,
Yo cantaré, por siempre, tu fidelidad.


gloria a ti, señor, por tu bondad.
gloria, gloria,
siempre cantaré tu fidelidad…
Tú me haces sentir tu gran bondad,
Yo cantaré, por siempre, tu fidelidad.


Siempre a tu lado estaré,
Alabando tu bondad.
A mis hermanos diré,
El gran gozo que hallo en Ti.
En Ti podrán siempre encontrar
Fidelidad, confianza y amistad.
Nunca fallará tu gran amor,
Ni tu perdón, me quieres tal como soy.


Hace tiempo que quería escribir este post. Y es que tengo tanto que agradecer... El evangelio de este domingo me ha recordado que incluso sólo con un talento ya es más de lo que merezco. Y son tantos los talentos que el Señor me ha confiado... Es Pablo, mi sobrino, que a pesar de su corta edad (apenas tres meses) ya es infinitamente generoso y devuelve muchísimo cariño y amor, con su sonrisa agradecida a cada gesto que tienes con él. Es Rocío, causa principal de mis taquicardias, que es capaz de que mi cara dibuje una sonrisa con sólo pensar en ella. Son mi familia, infinitamente más generosa que yo, siempre atenta a lo que necesito. Es mi parroquia, auténtica comunidad de fe, que me orienta y acompaña en el camino de la fe, no sólo cuando las cosas se ven claras, también y eso es lo realmente importante, cuando se hace la noche en mi vida y el camino se oscurece. Son mis amig@s con quienes comparto buenos y malos momentos, sé que puedo contar con ell@s, nunca Señor seré capaz de apreciar su disponibilidad. Son tantas cosas que sospecho que Internet no es suficientemente grande para contenerlas todas ni mi vida suficientemente larga para escribirlas todas, además seguro que se me olvidarían muchas. Confío Señor que cuando me llames, pueda al menos devolverte los talentos que tu misericordia me confió, que a pesar de mi incompetencia sepa conservarlos todos. De Ti depende, Señor amado, que sea capaz de hacerlos crecer. En tus manos los pongo, en tus manos me abandono.

11 noviembre, 2011

ALELUYA DE LA TIERRA.(B. De Olivo)


¿Quién quiere resucitar a este mundo que se muere?
¿quién cantará el aleluya de esa luz que viene?
¿quién cuando mire la tierra y las tragedias observe
sentira en su corazón el dolor de quien se muere?
¿Quién es capaz de salvar a este mundo decadente
y mantiene la esperanza de los muchos que la pierden?
EL QUE SUFRE MATA Y MUERE, DESESPERA Y ENLOQUECE
Y OTROS SON ESPECTADORES, NO LO SIENTEN
¿quién bajará de la cruz a tanto cristo sufriente
mientras los hombre miramos, impasivos, indolentes?
¿quién se torna en aleluya porque traduce la muerte,
como el trigo que se pudre y de unos cientos vienen?
ALELUYA CANTARA QUIEN PERDIO LA ESPERANZA
Y LA TIERRA SONREIRA, ALELUYA.