14 octubre, 2012

Año de la Fe


Llueve cuando mi parroquia se dispone a comenzar solemnemente el año de la Fe. Como si el Señor quisiera purificarnos para comenzar dignamente algo grande. No es una tormenta fuerte, es una lluvia suave, que moja, que empapa, calabobos, que le llamamos por esta tierra. 
Así, mi buen Jesús, entra en mi vida, déjame empaparme de Ti, casi sin darme cuenta, limpia mi vida, toda mi vida, hazla de nuevo, de acuerdo a tu plan para mi. Enséñame a descubrirte de nuevo, recuerdame que si no vuelvo a mirarte con ojos de niño, no podré descubrirte. Dame la generosidad necesaria para deshacerme de lo que me separa de Ti y cuando ya no tenga nada que me ate, que me impida seguirte, llámame e invítame a seguirte.

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