LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

En aquel tiempo, la gente preguntó a Juan:
- ¿Entonces, qué hacemos?
Él contestó:
- El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos, y le preguntaron:
- Maestro, ¿qué hacemos nosotros?
Él les contestó:
- No exijáis más de lo establecido.
Unos militares le preguntaron:
- ¿Qué hacemos nosotros?
Él les contestó:
- No hagáis extorsión a nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino contentaos con la paga.
El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
- Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego: tiene en la mano la horca para aventar la parva y reunir el trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.
Añadiendo otras muchas cosas exhortaba al pueblo y les anunciaba la Buena Noticia.
Palabra del Señor
La misma pregunta que le hacía la gente a Juan, nos sirve a nosotros hoy. ¿Qué hacemos nosotros? Pues nos perdemos en sonidos vacíos y palabras vanas. A la gente le pide que comparta sus túnicas y su comida; a los publicanos y a los militares, el recto ejercicio de su deber. Me parece que es fácil traducirlo a nuestra propia vida, a nuestra propia situación, en medio de una época de fuerte crisis. De este modo, Juan preparaba a la gente para la venida del “que puede más que yo”, del que “bautizará con Espíritu Santo y fuego” del que viene a separar el trigo de la parva.
¡Maranatha, Ven Señor Jesús!
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