Pues sí, un Hijo se nos ha dado. Gracias María por tu generosidad, por tu sí, sin condiciones ni medias tintas. Gracias por tu sí en Nazaret, ante el anuncio del ángel de que ibas a ser Madre de Dios. Gracias por tu sí en Belén, cuando al Dios de cielo y tierra, no pudiste ofrecer más que aquel destartalado establo para nacer. Gracias por tu sí, en Caná de Galilea, cuando tu Jesús convierte el agua en vino, para no aguarle a los novios la boda. Gracias por tu sí en el Calvario, gracias por aceptar ser Madre nuestra, aunque a veces no sea sencillo ser nuestra Madre, ni te demos motivos, precisamente, para estar orgullosa de nosotros. Gracias porque fuiste guardando todas aquellas cosas meditándolas en tu corazón y hoy, dos mil años más tarde, las sigues compartiendo con nosotros tus hijos.
Feliz Natividad del Señor
Feliz Natividad del Señor