24 marzo, 2016

EUCARISTÍA


Tomad y comed,
que esto es mi cuerpo,
curtido por el sol de los caminos,
forjado en el encuentro cotidiano
con quien no tiene sitio
en otras mesas.
Cuerpo que habla
con caricias sanadoras, 
con miradas benévolas
y una mano extendida
hacia quien la necesite.

Tomad y bebed
la vida a borbotones,
el amor generoso
la justicia inmortal,
Hasta que no haya más sed
en las gargantas resecas.
Bebed, apurad hasta el fondo
el cáliz de la vida
dispuesta a servir,
que la sangre derramada
será semilla de esperanza
para quien hoy llora.

Y después, 
haced vosotros lo mismo

23 marzo, 2016

La batalla nuestra de cada día.

Es una guerra que dura una vida
la que enfrenta, en mí, dos mundos.
Entre el algo y el todo,
entre el “por ahora”, y el “para siempre”,
entre “yo” y “Tú”…
La seguridad se enfrenta al riesgo,
las garantías a la confianza,
el ruido a un silencio no siempre poblado,
las pequeñas miserias se oponen al Amor
y el orgullo quiere pisar a la verdad.


Dame, Señor, capacidad para luchar.
Toca pelear cada día, 
hasta esa jornada última
en que Tú vencerás por los dos.
Dame fe para no rendir el evangelio,
la bondad, el sacrificio o la cruz.
Dame alegría para sobrellevar 
cada revés, cada caída, 
cada tormenta.

Yo, por mi parte, aquí estoy,
dispuesto a seguir remando
con mis pocas fuerzas, 
con mis pobres brazos.
No sé si basta,
pero hay que intentarlo

José María R. Olaizola

22 marzo, 2016

Hoy no quiero llamarte maestro


Hoy no quiero llamarte maestro,
aunque tanto aprendo de ti. 
Ni tratarte de Señor, 

aunque tu amor sea mi ley.
No quiero nombrarte con títulos sonoros,
llenos de importancias y promesas.
Solo quiero llamarte amigo.


Digo amigo,
con la necesidad 
de quien sabe 
que solo no llegará lejos.
Con la intensidad
de quien quiere compartir 
tiempo, corazón y vida.
Amigo para llorar las penas
y celebrar las fiestas,
para acallar los ruidos
y serenar los miedos.
Para pelear, hombro con hombro,
las batallas justas.
Y si ves que te fallo,
dímelo, 
pues en tu abrazo,
aprenderé.